Aguirre estaba en la grada, ya que tenía que cumplir una sanción, y el delantero Agüero veía el comienzo del partido desde el banquillo. Esto no gustó mucho a los aficionados rojiblancos, los cuales pedían la salida del argentino como titular, pues el genial delantero argentino es insustituible.
Fernando Torres, que no se recuperó para el partido, tuvo que verlo desde la tribuna, aunque tanto la afición inglesa como la española le tuvieron presente en sus cánticos.
El Liverpool comenzó dominando y llegando con bastante facilidad sobre el área de Leo Franco, pero ni el irlandés Robbie Keane, ni el español Riera, encontraban los tres palos de la portería atlética.
El Atlético de Madrid aguantó toda la primera parte, con un trabajo espectacular de Perea y Pernía, y en el minuto 37’, Antonio López, con un control increíble, dio un pase a Maxi Rodríguez, que no falló y consiguió el primer tanto del partido, produciendo así la locura entre la grada atlética.
La segunda parte seguía dominada por los ‘Reds’, aunque ya con Agüero sobre el terreno de juego y que trataba de aprovechar una contra para hacer el segundo y dar tranquilidad al equipo rojiblanco. Estas contras no acabaron en gol, unas veces por los fallos atléticos y otras por decisiones del colegiado sueco, que se convirtió en el principal protagonista del partido cuando un minuto antes de que se cumpliera el tiempo de descuento, pitó un penalti inexistente de Pernía sobre Gerrard-el propio árbitro declaró posteriormente que no había visto muy bien la jugada-. Gerrard, como gran capitán y patrón del barco de Anfield, no lo falló y consiguió el empate definitivo.
En fin, una pena lo del penalty para el Atlético y a partir de ahora centrarse en su apuesta por la Liga, donde tiene este domingo un difícil partido en el Reyno de Navarra de Pamplona contra el siempre correoso Osasuna de José Antonio Camacho.
Cheers,
Carlos Cruz (Colaborador de Saqueneutral)
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